El cerebro más sencillo que se conoce puede aprender y recordar, eso es lo que descubrió E. Kandel que le llevó a recibir el novel por su estudio con una especie de babosa de mar. Nuestro cerebro humano es mucho más complejo y con una capacidad sorprendente para adaptarse al entorno, memorizar y prestar atención, pero la idea de que es flexible y sigue creciendo con el tiempo, todavía no está totalmente valorada por la sociedad. Quizás es por esta razón por la que el cerebro es un gran olvidado dentro del aprendizaje. Resulta sorprende esta afirmación pues parece mentira pensar que sin cerebro podemos funcionar, sin embargo no se está estimulando todo lo que es debido.

Una correcta organización cerebral es la base para prevenir futuras dificultades de aprendizaje. Si nos fijamos en las áreas cerebrales que controlan nuestras principales acciones para trabajar, nos daremos cuenta de su importancia; por ejemplo, el cuerpo calloso es la vía de relación entre los hemisferios, vital para realizar actividades complejas como leer (interpretar un código y comprenderlo a la vez) para las cuales es preciso que los dos hemisferios trabajen juntos y coordinadamente, esto se estimula a través de gateo.

La estimulación temprana en etapas de 0 a 6 años, son claves para desarrollar las áreas cerebrales, como es el programa de desarrollo básico de Glenn Doman. Este programa, nos propone circuitos de movimientos en patrón homolateral, patrón cruzado, técnicas de relajación de extremidades, ejercicios de arrastre, gateo, braqueación y de marcha.

El movimiento es una actividad fundamental dentro del aprendizaje. A través de los movimientos somos personas activas en contacto con los materiales y el entorno y ponemos en práctica todos nuestros conocimientos en diferentes contextos. Cuando formamos parte de ese proceso activo y actuamos conscientemente, estamos trabajando cerebralmente con todos nuestros sentidos.

La pregunta es ¿cómo podemos trabajar con el movimiento en las aulas?

  • Trabajar a través de la manipulación enriquece las experiencias de aprendizaje y desarrolla habilidades de coordinación motriz.
  • Los movimientos corporales a través del baile, permiten un conocimiento del cuerpo y un autocontrol. Así mismo, la expresión corporal favorece el desarrollo de la creatividad, comunicación e imaginación.
  • La capacidad de análisis y crítica se reconoce a través del arte y la construcción de figuras o pequeñas obras de arte.

Un ejemplo de la puesta en práctica del programa de desarrollo básico lo tenemos en el Colegio Bienaventura Virgen María  (@bvmMadrid) quien han realizado un gran esfuerzo para implantarlo en la etapa de 3 a 6 años. Una decisión fundamentada en la importancia e influencia que éste ejerce para la directa adquisición de las funciones intelectuales que se ponen en juego en  éste y otros programas, así como en ésta etapa, y por ende, en otras posteriores.

Para el desarrollo de este programa se lleva a cabo; por un lado de  actividades vestibulares, por otro del trío constituido por arrastre, gateo, braqueación y en tercer lugar de una variedad de desplazamientos u otro tipo de habilidades básicas derivadas que permiten contribuir a una buena estimulación utilizando  el cuerpo y el  movimiento como ejes principales.

Jorge Largo Burgos (@jorgelabu), profesor y miembro del Equipo Motor del Cambio por la Innovación en el centro, nos comenta que “en el programa que hemos desarrollado para llevar a cabo la Psicomotricidad, hemos optado por incorporar el Juego Simbólico y Juego Motor (desde la óptica de García Monje), los  Espacios de Acción Aventura (según Javier Mendiara) y los Ambientes de Aprendizaje (Julia Blández) y todas las propuestas bajo la Lógica del T.P.C (Tratamiento Pedagógico de lo corporal según Marcelino Vaca)

Para llevar a la práctica el PDB, el centro ha adaptado dos tipos de espacios; espacios de acción motriz abierto y espacios de exploración libre e individual. En los primeros es el propio espacio y el material los que actúan como inductores del desarrollo y del aprendizaje del propio alumno al producirse la interacción con el material, el espacio y con sus compañeros, estos espacios suelen girar en torno a retos colectivos donde entra en juego el cooperativo y la toma de decisiones. Los espacios de exploración libre e individual están montados para que de forma indirecta se den relaciones interpersonales y de ayuda entre ellos.

“La intención de este tipo de espacios no es otra que transferir el trabajo del PDB a situaciones reales donde el alumno pueda poner de manifiesto su cuerpo en movimiento, afianzar su auto-concepto y llegar a tener una autoestima fuerte que le permita enfrentarse a situaciones próximas con la seguridad y fortaleza de que pude superarlas con garantías de éxito”, aporta Jorge Largo .

El siguiente vídeo es sólo una muestra de cómo trabajan el programa de desarrollo básico en el aula: