«Unirnos es un comienzo; mantenernos unidos es progreso; trabajar juntos es éxito”.  Henry Ford.

Si tomamos una imagen para definir la metodología basada en el aprendizaje cooperativo ese podría ser un castell donde todos los miembros del grupo trabajan hacía un mismo fin, levantar una torre humana de varios pisos de altura. Para completar esa imagen podemos añadir la definición que David W. Johnson y Roger T. Johnson hacen del Aprendizaje Cooperativo en su libro «El aprendizaje cooperativo en el aula»: «El empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás».   Y en la práctica,  el mayor ejemplo es el Colegio Montserrat.

Podemos imaginar a alumnos reunidos en pequeños grupos realizando lecturas cooperativas de 20 minutos, trabajando para lograr unos objetivos de aprendizaje compartidos y completar unas tareas específicas (aprendizaje colaborativo formal); ver grupos de alumnos para centrar la atención en la materia a ser aprendida (aprendizaje colaborativo informal); o crear grupos a largo plazo con miembros estables cuya responsabilidad es dar a cada miembro el apoyo, ánimo y ayuda que necesita para progresar académicamente y desarrollarse cognitivamente y socialmente de una manera saludable (Grupo Base). Se puede imaginar y experimentar.

Así lo han experimentado los profesores del curso profesores para el cambio y la innovación, quienes han aprendido durante el 2º módulo recibido este mismo fin de semana qué es y cómo se lleva a la práctica el aprendizaje colaborativo. El trabajo en grupo beneficia el desarrollo de la inteligencia interpersonal donde todos los miembros se apoyan, dialogan y debaten. El papel del profesor en el aprendizaje colaborativo se basa en tomar de decisiones, transmitir el mensaje a los alumnos, observar e intervenir en los momentos necesarios y en evaluar el proceso. Dejar a los alumnos que tomen un rol determinado dentro de un grupo y enseñarles a trabajar en equipo son las claves para trabajar de manera innovadora en el aula.

Los profesores deben hacer coreografías didácticas, es decir no sólo enseñan sino que realizan un trabajo vinculado a cómo los estudiantes aprenden, al tipo, estilo y forma en que los estudiantes aprenden. En el siguiente vídeo los profesores del colegio Montserrat nos enseñan sus propia coreografías basadas en la teoría de las inteligencias múltiples.