Ficha_Rosa María Balaguer

¿Cómo es vuestro centro?

Es un centro sencillo, que tiene un proyecto educativo muy inspirador, con un equipo de profesores muy motivado, muy implicado y con muchos deseos de ayudar a los alumnos para que la formación que reciben les sirva para la vida. Nuestro objetivo no es únicamente formar alumnos competentes sino personas implicadas, compasivas, que analicen la realidad, e intenten hacer un mundo más humano y más fraterno.

La misión de nuestro colegio es la evangelización, pero la entendemos de modo sistémico, global. La buena noticia del evangelio va mucho más allá, cambia a las personas y mejora la sociedad. Queremos que sean personas que dignifiquen a los seres humanos con los que se van encontrando. El mayor valor del evangelio es dignificar al que sufre. Que se impliquen, que analicen y que mejoren la sociedad.

1º Bachillerato visita el cotolengo.

1º Bachillerato visita el cotolengo. Fuente: @colegioicm

¿Cómo trabajáis la inclusión?

La inclusión es un elemento vertebrador de nuestro Colegio. Por Carisma Institucional trabajamos con familias y alumnos en riesgo de exclusión, tanto en los 9 Colegios MD como en los 6 Hogares de menores MD que tiene nuestra Congregación en España. Desarrollamos proyectos que potencian la inclusión a través de una Pedagogía centrada en el alumno como son las aulas de Pedagogía Terapéutica, Medidas compensatoria, Proyecto Aprendizaje y Servicio (ApS), Proyectos solidarios… Proyectos que potencian no sólo la igualdad de oportunidades sino los principios de equidad para integrar a los alumnos que por distintas circunstancias necesitan una atención más personal para compensar su realidad.

¿Qué transformaciones habéis realizado?

A raíz de la publicación de la LOE (2006), comenzamos a reflexionar sobre la necesidad de trabajar por competencias o inteligencias múltiples. En ese momento recibimos una invitación de Escuelas Católicas para participar en un seminario a nivel europeo, ahí comenzó el punto de inflexión y de transformación.

Conocimos a Madre Montserrat del Pozo, y nos transmitió tanta motivación e inspiración que nos pusimos “manos a la obra” e iniciamos el cambio. Veníamos de unas metodologías del siglo XIX y XX muy lineales y ella nos fundamentó la necesidad de incorporar los avances de la neurociencia y la psicología porque los niños estaban cambiando y la sociedad también. En enero de 2009 visitamos el Colegio Montserrat, y comenzamos el proceso de formación: Proyectos de comprensión, de inteligencias múltiples, Aprendizaje cooperativo, Rutinas y destrezas de pensamiento…  Metodologías activas. También participamos en los cursos que realizan Escuelas Católicas, dentro del programa “Profesores en acción”. La labor de innovación educativa que está realizando Escuelas Católicas es digna de valorar.
Comenzamos con la formación del profesorado en metodologías activas y vimos que teníamos que cambiar su rol, el del alumno, la evaluación y la transformación de espacios. Y en este cambio sistémico estamos inmersas. Los espacios es lo último que estamos transformando, pero realmente es necesaria la transformación del espacio, porque lo hace todo más ágil, más visible, más alegre, espacios más agradables que facilitan el trabajo de los niños.

¿Y cómo se han transformado esos espacios?

Los muros los hemos ido transformado en espacios abiertos con cristales, movibles que sirven de, pizarra, pantalla para proyectar; todo diáfano para determinados proyectos e interacción de los alumnos. Las paredes son alegres, de vinilo, porque creemos que las paredes tienen que hablar, lo más bonito es ver el trabajo de los niños reflejados en estos muros con tanta alegría.  Todo el colegio tiene que visibilizar el aprendizaje de los niños.

¿Cómo trabajáis con las tecnologías?

La creciente presencia de la tecnología en nuestras vidas es una realidad de la que no podemos abstraernos.
Comenzamos a introducir las nuevas tecnologías en el 2010 con el uso de Pizarras digitales, cañones y ordenadores en el aula… El uso del iPad 1/1 en el curso 2014-2015 en las etapas de ESO y Bachillerato.
Y optamos por introducirla en el aula no como ocio sino como recursos para optimizar el aprendizaje. Está ayudando a los estudiantes de todos los niveles a tener mejores resultados en sus clases. De hecho, la tecnología en la educación ofrece una nueva serie de recursos y herramientas que tanto estudiantes como profesores pueden aprovechar para mejorar la experiencia de aprendizaje, sin importar qué asignatura estén aprendiendo.

¿Cómo ves el colegio dentro de diez años?

No sé cómo será, pero lo que sí está claro es que vamos a seguir avanzando para dar lo
mejor deseamos que nuestros alumnos sean personas competentes, pero que sean también personas compasivas, conscientes y comprometidas. Ellos están recibiendo mucho, tienen muchas oportunidades, y tanto bien como reciben lo tienen que devolver a la sociedad, porque otras personas se tienen que beneficiar. No sé cómo será, pero sí que tengo claro la idea de persona que queremos conseguir en el futuro, que sean personas implicadas en la sociedad. Y desde luego las nuevas tecnologías tienen que estar al servicio de esta mejora. No sabemos cómo será el mundo, pero el pensamiento crítico, la verdad, la bondad, la libertad, la implicación con la sociedad y la mejora de este mundo, más humano y más fraterno, esa línea la vamos a seguir trabajando.

¿Un deseo para la educación?

Que todo el potencial que llevamos los seres humanos, porque todos llevamos mucho bueno y nos sentimos bien cuando sacamos todo ese potencial, que lo pongamos al servicio de la sociedad, y que este mundo sea más humano y que todo el mundo pueda vivir dignamente. En definitiva, que vayamos construyendo el Reino de justicia, amor y paz que Jesús de Nazaret nos dejó como legado.