Con la llegada del verano, muchos colegios ya han cerrado sus aulas hasta el próximo curso, no sin antes hacer balance de lo que allí dentro ha ocurrido. Sensaciones, experiencias y al fin al cabo, aprendizajes que hacen crecer a docentes y alumnos. Un cierre de etapa, en muchos casos, de salida y futura entrada a un nuevo nivel educativo, un proceso con vistas a seguir mejorando el próximo curso. Un momento donde hay una frase que más se suele repetir en boca de muchos profesores; “que siga trabajando estas vacaciones para no perder lo que ha conseguido en todo el año”. Aquí es donde comienza el conflicto entre las tareas del verano con disfrutar del mismo. Para ayudar a conciliar esta época de vacaciones y a la vez seguir aprendiendo, aquí van algunas recomendaciones para los padres y madres.

Toda experiencia puede ser un aprendizaje. Lo primero que debemos pensar es que el aprendizaje no finaliza con el curso escolar, nunca dejamos de aprender y cualquier experiencia del niño/a con su entorno puede tener un significado. En esta línea, aprender haciendo es una de las metodologías que más vamos a utilizar en esta época y donde los sentidos más van a estar en contacto con diferentes situaciones y en relación con muchas personas.

Tiempos de descanso. Los pequeños también necesitan desconectar de libros, fichas, notas… la rutina del colegio hace caer en la monotonía y el cansancio también puede afectar en su estado emocional. Dormir y jugar marcarán el ritmo al inicio de las vacaciones.

Creatividad. Es la seña de identidad de los más pequeños, cualquier momento es bueno para trabajar su imaginación, tomar decisiones o pensar de forma crítica sin dejar de jugar. Resuelve enigmas o supera retos en los momentos más inesperados, aprende a través de juegos de conocimientos. Durante estos meses van a descubrir y observar muchas cosas, presta atención a que reflexionen sobre todo lo que están viviendo.

Lecturas con sentido. En los momentos de descanso, motívales a través de un cuento o la creación de su propia historia. Pregúntale y busca un tema que les apasione e interese para descubrir nuevos contenidos. La lectura nos permite seguir trabajando temas vistos en el curso, relacionarlos y buscar respuestas a interrogantes. Crea su propio rincón de lecturas y lleva un listado con todo lo que lee, trabajando ritmos, palabras e imágenes. Intercala lecturas en distintos formatos, también audiovisuales.

Diversión. Siempre que sea posible, busca actividades que les gusten y motiven. En la playa, montaña o ciudad, busca talleres o actividades lúdicas que les pongan en contacto con otros niños u otros contextos.

Organiza las tareas. Si tienen tareas pendientes del colegio, busca momentos donde no estén cansados o distraídos por el entorno. Busca un horario donde el niño se encuentre cómodo, sin agobios y presión. Este tiempo también puede requerir de la presencia del papá o mamá, por ello puedes establecer un horario y apoyarle a que esta actividad sea más llevadera. Es importante que sientan que la tarea también es su responsabilidad y se pongan objetivos alcanzables en este tiempo.

Busca su autonomía. En este tiempo van a disfrutar de momentos de libertad, por ello facilita su autonomía (vestirse, comer, relacionarse, leer, escribir…) y valora lo que hace, evitando conflictos y dejando que asuma las consecuencias de sus actos.

Dialoga. Dialoga y mucho con el niño/a, recupera tiempos de conexión y dedica momentos a disfrutar de sus aventuras. Ellos también agradecen estos momentos, comentando una película, una historia o reviviendo una experiencia juntos.

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