Son muchas las teorías que nos hablan de nuevos enfoques y metodologías hacia el cambio en innovación educativa. Y son muchos los centros que hoy ya los ponen en marcha en sus aulas y les hace merecedores de ser considerados los mejores colegios.  A principios de este mes de marzo el periódico EL MUNDO publicaba la 19ª edición de los 100 mejores colegios de España, una lista que permite valorar no solo su trabajo como centro innovador, sino que también posibilita alumbrar modelos de enseñanza de calidad. Todos estos colegios tienen en común experiencias de aprendizaje vital, significativas y auténticas; metodologías activas hacia el aprendizaje autónomo y cooperativo a través de actividades creativas y flexibles; superan los límites organizativos del aula; trabajan la evaluación como herramienta de aprendizaje; realizan la inclusión de las tecnologías al servicio del aprendizaje; etc.

¿De qué manera podemos seguir avanzando hacia un aprendizaje más personalizado y adaptado a las competencias que requiere la sociedad? Para elaborar esta lista, hay tres categorías con 27 criterios de evaluación que responden hacia dónde tenemos que dirigir nuestros centros, teniendo en cuenta, entre otros aspectos:

El modelo de enseñanza: El modelo educativo, los modelos de calidad, la evaluación del alumnado y cuidado del profesorado… son algunas de las claves para trabajar hacia la innovación educativa. Una de las características de estos centros consiste en fomentar un liderazgo distribuido y promover una gestión interna que abarque todos los miembros de la comunidad.

La oferta educativa: Debe poner el foco en las claves metodológicas y los planes de innovación educativa, considerando también las horas dedicadas a tutorías por alumno y el refuerzo para necesidades o capacidades especiales.

Los medios materiales: Favorecer espacios de aprendizaje adecuados y con medios y materiales tecnológicis adecuados para la inclusión de todos los alumnos.

Estos criterios exigen acciones concretas que suponen un proceso de transformación en el centro, donde se implique el currículo y la evaluación, el rol de los alumnos y profesores, la organización y la coordinación, y el diseño escolar. En concreto, cuatro transformaciones que engloban el Pensamiento de Innovación Educativa (PIE) elaborado por Escuelas Católicas[1]. El PIE nos invita a pensar de manera colectiva y organizar la innovación educativa desde la propia identidad del centro, trabajando desde estos ejes.

Todos estos aspectos hacen mirar hacia el futuro, teniendo muy en cuenta el presente de quienes integran las aulas. Son herramientas para ayudar a pensar y construir centros de calidad educativa. Podemos pensar que la idea de progreso e innovación está en la mirada a otras realidades educativas, pero también en nuestro propio contexto escolar.

[1] Elaborado por el Equipo de Tutores del Programa “Profesores en acción” y publicado en la Revista Educadores, nº 258, abril-junio 2016.