Desarrollar la autonomía de los estudiantes siempre ha estado presente en educación, sin embargo actualmente se considera un objetivo entre los retos que se plantean desde las escuelas innovadoras. La autonomía permite a los alumnos resolver situaciones diarias, y ese sentido de independencia y responsabilidad está relacionado con su motivación y exigencia en el proceso de aprendizaje. El profesorado tiene que promover la competencia de aprender a aprender y dentro del proceso de autorregulación “dejar espacio para la atención a la diversidad, pues los dispositivos didácticos que se aplican permiten al profesorado, pero especialmente al alumnado, reconocer las estrategias individuales que resultan ventajosas para cada aprendiz, así como los errores u obstáculos individuales hacia el aprendizaje” (Giné, 2006). Además de una mayor interacción entre el profesor-alumno, se han de atender otros aspectos para desarrollar la autonomía y responsabilidad del aprendizaje (Valls, 1997).

  • Asegurar que los estudiantes conocen las metas, objetivos y demandas asociados a los procesos de aprendizaje en que se encuentran.
  • Trabajar directamente experiencias de autorregulación por parte de los propios alumnos donde reciban información detallada de cómo, cuándo y por qué actuar, y de su valor, provecho, utilidad, que se encuentren ante situaciones, materiales e intercambios comunicativos que explicitan los procesos y actividades de aprendizaje de la autorregulación.
  • Favorecer la enseñanza explícita y la puesta en práctica de estrategias de autorregulación en contextos diferentes y con contenidos de aprendizaje variados para poderla generalizar.
  • Promover tiempo de reflexión personal, así como la comunicación a otros respecto al conocimiento y control de la situación de aprendizaje.

El ambiente que se genere en el aula debe favorecer la cooperación y el clima de confianza, aprovechando los errores que se puedan cometer para poder mejorar. A continuación, se presentan actividades para trabajar la autorregulación del aprendizaje.

¿Qué ha ocurrido? Antes, durante y después

Esta actividad pretende trabajar estrategias en función del momento y hacerlo visible: antes, durante y después de la realización de una determinada actividad. Antes de comenzar la actividad deben plantearse preguntas y anotarlas en una hoja; una vez han comenzado la actividad deben escribir los pasos que están siguiendo para su realización (ejemplo. 1. Hago una lectura global. 2. Después leo cada párrafo…); y, por último, deben relacionar las ideas que han trabajado con las preguntas planteadas al comienzo.

Sube la escalera de la metacognición.

Al finalizar la tarea, los alumnos deben avanzar por los distintos niveles progresivos de la escalera de la metacognición que ayudarán a interiorizar los hábitos del pensamiento eficaz y el uso autónomo que los individuos hacen de ellos (Swartz, Costa, Beyer, Reagan y Kallick, 2013).

Dentro de todo este proceso se trabaja la evaluación con instrumentos que fomenten la autoevaluación y coevaluación entre alumnos, permitiendo la interiorización de los criterios de evaluación. Los portfolios, las rúbricas de evaluación, las hojas de observación o dianas de aprendizaje, ayudan a seguir generando la autorregulación del aprendizaje.

Referencias bibliográficas.
Giné, N.  (2006). La autorregulación en la secuencia formativa. Incorporar y estructurar conocimientos con sentido y autonomía. Revista Aula de Innovación Educativa. [Versión electrónica]. 151
Valls, E. (1997). Atreverse a enseñar la autorregulación de los aprendizajes. Revista Aula de Innovación Educativa. [Versión electrónica]. 67, 66-68