El final de curso de este año ha sido especial. Me despido de mis alumnos con la sensación de que algo ha cambiado en el aula, en los pasillos, en mí y, sobre todo en los alumnos.

He aprendido muchas cosas, entre ellas que el cambio es posible. Aprendizaje basado en problemas, trabajo por proyectos, cooperativo, tecnologías, aprendizaje y servicio, paletas de inteligencias… flash de actitud activa de los alumnos y un corazón acelerado por la actividad del siguiente día y los resultados de la anterior.

Me despido de un curso escolar para descansar y desconectar pero sin olvidarme de que el siguiente año voy a mejorar, voy a hacer que los alumnos sientan lo que están aprendiendo, voy a enseñar con y para el corazón y utilizar la creatividad para mejorar los resultados de aprendizaje de mis alumnos. Utilizaré más rutinas y destrezas de pensamiento y quién sabe, quizás gane al mejor proyecto de innovación en el concurso Mil mundos en el aula. Quiero seguir aprendiendo de mis compañeros aquellos de mi alrededor o los que sigo en las redes sociales, recoger sus experiencias y trasladarlas a mi contexto educativo, esa es la idea un profesorado unido y hacia la misma dirección.

Me voy con la satisfacción de que algo se ha removido en mí, que me lleva a seguir pensado en los protagonistas de toda esta educación, a seguir disfrutando de sus trabajos y de su imaginación.

Este año he comenzado el camino hacia la innovación y lo seguiré recorriendo el año que viene, con más ganas e ilusiones. Este diario será el que recoja todas mis impresiones, mis decepciones, mis alegrías y mis avances. Hoy les he visto bailar, cantar, gritar y divertirse con el final de curso y así es como quiero que comience el siguiente.

28 de Junio de 2013

#profesinnovadores